jueves, 30 de julio de 2015

El Makiwara (巻藁)


Es makiwara también es conocido como machiwara. Su uso comenzó en Okinawa y formaba parte del entrenamiento extraordinario para golpes de técnicas de Karate., el término se traduce como “rollo de paja” que está atado a un poste de madera clavado en el suelo.

Como parte de los ejercicios suplementario era una herramientas más del hojo undo (補助 運動), que se practicaba a finales del siglo XIX. El entrenamiento consistía en centrarse en golpear correctamente colocándose con el makiwara en línea con el hombro (y no en línea con el eje central del cuerpo); mantener el hombro relajado; estirar el brazo con el codo pegado al cuerpo; alinear adecuadamente muñeca y codo, de manera que soporten el impacto; centrarse en golpear con seiken. El objetivo no era buscar la intensidad del golpe o la potencia, se trataba de practicar sus golpes mejorando la técnica para evitar hacerse daño. Una vez que el Karate se modernizo, el makiwara fue perdiendo importancia dentro de las herramientas de uso para practicar las técnicas de golpes.

Los maestros del Karate como Funakoshi, decían: “Si estoy tres días sin golpear el makiwara, me empieza a picar el puño y me recuerda que tengo que golpear la tabla.".  Y el mismo Nakayama recuerda que; "El mismo Maestro Funakoshi se unía a nosotros ante el makiwara, y puedo recordarlo vívidamente golpeando el makiwara hasta 1000 veces con los codos.".

El makiwara es para desarrollar manos fuertes y poderosas, asentado golpes mediante el entrenamiento. Al principio no es fácil, ya que al no saber golpear es común sangrarse, por eso se debe aplicar las técnicas de golpeteo como son enseñadas por los instructores o maestros. Se trata de tener un acondicionamiento de un arma natural y solo la práctica lo proporciona.  Esto lleva al conocimiento de la intensidad del golpe ante un obstáculo solido que ofrece resistencia, y que nos lleca a evaluar la penetración del golpe. 

Se dice que sin esta sensación, el golpear objetivo solidos estáticos llevaría a destruirse los nudillos y solo se estaría goleando el objetivo sin pasar de este. El makiwara es para que el objetivo sea atravesado, como si fuera una situación real y que la diferencia es notoria. Ya que según la fuerza del golpe en un objetivo móvil su repercusión es la misma fuerza en sentido contrario lo que traería en algunas ocasiones unos huesos rotos.  El evaluar estas reacciones podemos darnos cuenta que hay una eficacia en la práctica de un objetivo flexible, saber de qué somos capaces es una cualidad valiosa. 

Hay críticas que se han hecho por la presencia de makiwara en diferentes escuelas de Karate Do, en donde la falta de conocimiento sobre su uso e importancia dentro de los sistemas de herramienta del Hojo Undo, queda en un segundo término. Dejándolos como ornamentos de los dojos. Dentro del Karate para niños o de la tercera edad, el makiwara se convierte en una herramienta de entrenamiento tradicional y duro que no es aplicado, además que en el Karate Do moderno, tampoco es practicado. 

Los practicantes solo se dedican a golpear en el aire, bajo una ilusión de que están derrotando a un enemigo imaginario y poderoso. Funakoshi, al respecto decía: "Hasta cierto punto, los puntos básicos y los katas son útiles para fortalecer los puños. Pero en cualquier caso se golpea sólo al aire, por lo cual no hay resistencia ni respuesta y, si no se tiene nunca oportunidad de probarlo, no se puede tener realmente confianza en el golpe. Ahí es donde el makiwara juega un papel importante. [...] El poder explosivo de los golpes y patadas de Karate puede atribuirse al entrenamiento con makiwara."  Por lo tanto: "Creo que no exagero si digo que el makiwara es la piedra angular para conseguir unas armas fuertes. [...] Quien practique Karate como una forma de calistenia no necesita utilizar el makiwara, puede practicar todos los movimientos necesarios sin golpear una sola vez. [...] Una observación adicional, el practicante que se jacta de las callosidades de sus nudillos, todavía no ha aprendido el significado del Karate-do."

Siguiendo la enseñanza de Funakoshi, podemos concluir que no se puede afirmar que un golpe es potente sin descargarlo sobre algún objetivo. Un golpe no es un golpe hasta que no golpea a algo, y sin entrenamiento de impacto. Claro está que si solo se entrena el Karate como rutinas de gimnasia no es necesario llegar a golpear.  Pero también regresamos al principio, no se trata de golpear por golpear, es aplicar las técnicas de entrenamiento de ataque de forma tradicional mediante un entrenamiento continuo y adecuado. A través del tiempo estaremos viendo resultados conociéndonos a nosotros mismos, ya que podremos evaluar el potencia de impacto, precisión, coordinación, sentido de la distancia, y control, y servirá también para aprender el uso correcto de la fuerza, la alineación de las articulaciones, y la respiración. 

En otros casos contrarios el mal uso solo nos traerá problemas en las articulaciones y los huesos. No es para terminar sangrando o con callos que podamos presumir perjudiciales para la salud. Funakoshi decía: "Estás aprendiendo Karate al menos con el propósito de mejorarte a ti mismo, así que nunca hagas insensateces que puede que conduzcan al daño físico o enfermedad…Si los nudillos se desollan el entrenamiento debe detenerse durante una o dos semanas…Están, por supuesto, aquellos tenaces estudiantes de instituto y universidad, quienes, odiando perder, ignoran la piel excoriada, aprietan los dientes, y continúan golpeando la almohadilla de paja hasta que queda profundamente teñida de rojo por su sangre. Su espíritu es admirable, pero no pueden evitar lanzar golpes cada vez más flojos. Al final no se obtiene mucho beneficio."

Quizás solo hasta recuperar la escena de la película de Karate Kid cuando Daniel San al llegar a Okinawa, observa una propaganda de un Karateka que está rompiendo una viga. Y pregunta a Miyagi: -usted también puede hacer eso. Y Miyagi solo responde: -hasta hoy nunca me ha atacado una viga de madera.








 

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