No hay edad para la práctica
del Karate Do. En algunos casos la
influencia es temprana por el conocimiento que tienen los padres o algún
familiar que llego a practicar en su juventud, pero hay casos, que la práctica
se hace cuando se es joven, adulto e incluso de la tercera edad.
La práctica debe ser
continua sin importar la edad, ya que la técnica es la misma, donde quizás disminuye
es cuestiones de condición física, elasticidad o resistencia.
Durante la práctica
debe ser uno constante, ya que las técnicas tienen múltiples variantes, solo basta
mencionar como en el tsuki, hay más de diez formas de dar el golpe y en los
katas hay más de 25. El memorizar estas
técnicas o katas, no es el objetivo, ya que la práctica se haría muy
superficial.
En el Karate Do, hay
una palabra que es “Iso ga maware”,
si quieres tener prisa, estudia y medita la técnica, es más importante el
aprendizaje de la técnica de Kihon paso por paso, con constancia y corrección.
La práctica de los
conceptos básicos fundamentales no puede ser eclipsada por la idea de ganar,
como en la competencia y el acceso a la lucha o Kumite. El afán de ganar en
competición no es el objetivo, es lamentable que se reduzca solamente a ese entrenamiento
de campeonato.
Por eso, en la
enseñanza no debería dirigirse solamente a la competición. Es necesaria una
reflexión de los profesores en este aspecto, aunque es comprensible el afán de
crear competidores en un corto período de tiempo.
La esencia de la técnica de Karate Do es
Kime de la técnica.
Los practicantes de Karate
Do deben de reprimir la violencia, controlar su propio ímpetu. Desde la
antigüedad, el karate es un arte de los sabios, de los hombres virtuosos (kun
shi no bujutsu) porque refleja siempre la cortesía, empieza y termina en
todo caso con el saludo.
Por eso es que los
katas comienzan con un bloque siguiendo la máxima “karate ni sente nashi” (no hay primer ataque en karate). No se
puede permitir la violencia. Esta completamente prohibido exhibir cualquier
comportamiento violento, hay que demostrar la tolerancia y promover la
paciencia y la humildad como virtudes supremas de Karate Do.
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